La llegada del otoño supone para muchos una caída del cabello, pérdida de vigor, brillo y densidad.
Aunque el pelo está en constante cambio durante todo el año, tras el verano se nota de una manera más acusada y significativa. Para evitar que se convierta en un problema mayor y conseguir lucir una melena sana, fuerte y abundante, recomiendamos poner en práctica una serie de hábitos orientados a anclar el folículo piloso y estimular su crecimiento natural.
¿Por qué se cae el pelo en otoño?
Por lo general y de manera habitual, una persona que goce de buena salud pierde unos 100 cabellos al día. En otoño, la caída puede llegar a los 200, un crecimiento exponencial debido a diferentes motivos. Por una parte, la pérdida de masa capilar puede venir causada por el verano y el sol, cloro, sal, etc. Como resultado de la acción de estos agresores externos, se percibe la melena más apagada, débil e incluso se detecta más pelo perdido en la ducha o en la almohada. Por otro lado, el otoño coincide con la vuelta a la rutina, lo que suele generar más estrés, un factor que influye directamente en la caída del cabello. Además, durante esta época, y a diferencia de la primavera o el verano, los rayos solares inciden menos en el cuero capilar, los cuales estimulan en menor medida el ritmo de crecimiento.

El champú y la alimentación adecuada, claves del éxito
Recomendamos empezar buscando los productos de higiene que se adecuen al tipo de cabello, ya sea teñido, graso o seco. Hay miles de opciones en el mercado, pero utilizar a diario champús o acondicionadores que no se adecúen a nuestras necesidades puede tener un efecto contrario indeseado.
Así, para cabellos débiles o con tendencia a la caída y la rotura, más propensos a sufrirlas de manera exponencial en otoño, es recomendable escoger aquellos que contengan proteínas y aminoácidos que ayuden a reforzar y rellenar la fibra capilar. Además, hay que procurar ingerir alimentos ricos en vitaminas B6 y B12 (como las almejas o los huevos) y carnitina (como la carne de ternera o el aguacate), ya que pueden ayudar a paliar la debilidad capilar.
Durante las épocas de mayor caída del cabello es importante saber diferenciar si es una pérdida estacional y/o puntual o si estamos frente a un caso de alopecia androgénica. Al contrario de lo que se cree, este segundo tipo de pérdida de pelo no es específicamente masculina y las mujeres también pueden sufrirla. Para detectarla, tendremos que atender a su característica debilitación de la raíz del pelo, que se ve más fina, y a la mayor incidencia en determinadas zonas, como las llamadas `entradas´ o la coronilla.