Disruptores endocrinos en el pescado

Disruptores endocrinos en el pescado

Un estudio del ICRA certifica que, por la cantidad de consumo de pescado consumido en España, nuestro país encabeza el ránking europeo de riesgo de exposición a disruptores endocrinos por este elevado consumo de pescado y marisco. Ello comporta un elevado riesgo sanitario…   

Debido a la actividad humana, una gran variedad de fármacos y otros contaminantes disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el equilibrio hormonal de los organismos de una especie) están presentes en el medio marino en bajas concentraciones. Y es posible que se produzca una transferencia de estos contaminantes desde el medio acuático a los organismos que viven en él.

Por ejemplo, pescado y marisco, que posteriormente se venden para consumo de la población. Estos compuestos pueden llegar a representar un riesgo para los consumidores dependiendo de los niveles existentes en las especies consumidas.

Por lo tanto, es de gran relevancia conocer en qué niveles están presentes en los pescados y mariscos que habitualmente son consumidos, así como saber cuál es el efecto del cocinado de estos productos alimenticios sobre los contaminantes acumulados.

Este es precisamente el objeto de estudio del último proyecto europeo en el que ha participado el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) denominado «Priority environmental contaminantes in seafood: safety assessment, impact and public perception» ( ECsafeSEAFOOD), cuyo objetivo principal era valorar la seguridad alimentaria de pescado y marisco a través del estudio de la presencia de contaminantes prioritarios y la evaluación de su impacto potencial en la salud humana.

Enmarcado en este proyecto se realizó el análisis de 65 muestras de pescado y marisco procedentes de 11 países europeos. Se seleccionaron 12 especies de elevado consumo: caballa, atún, bacalao, perca, panga, lenguado, dorada, platija, salmón, mejillón, gambas y cangrejo.

Y se midió la presencia y concentración de una lista de compuestos considerados prioritarios en muestras tanto crudas como cocinadas al vapor.

Posteriormente, se realizó una evaluación de la exposición humana y una caracterización del riesgo potencial para la salud a través del consumo de estos pescados y mariscos.

Los resultados obtenidos indicaron que los fármacos no estaban presentes a niveles detectables en la mayoría de las muestras, y se descartó por tanto un riesgo potencial para la salud humana por consumo de pescado.

Sin embargo, algunos disruptores endocrinos sí que estaban presentes en la gran mayoría de las muestras analizadas procedentes del mercado europeo.

Concretamente, el Bisphenol A, metilparaben y triclosano han sido detectados en pescado crudo a concentraciones que alcanzaron en peso húmedo hasta 36 ng / g de triclosano a platija, 27 ng / g de Bisphenol A en atún en conserva, y 4 ng / g de metilparaben en caballa.

Además, se ha observado un aumento significativo de la concentración de estos disruptores cuando las muestras crudas eran cocinadas al vapor.

Se seleccionaron 5 países europeos donde estas especies eran comercializadas y, basándose en datos previos de consumo de pescado y marisco en cada uno de estos países, se evaluó el riesgo potencial para la población.

Los resultados indicaron que España era el país con una mayor exposición a estos disruptores endocrinos, seguido de Portugal, Italia, Irlanda y Bélgica, debido principalmente al alto consumo de pescado y marisco.

La exposición principal es el Bisphenol A y en menor proporción al metilparabén y triclosano.

Fuente:  vidasana

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